sábado, 21 de enero de 2017

Amapola

La amapola silvestre, es una especie fanerógama del género Papaver, perteneciente a la familia Papaveraceae. Es una planta de ciclo anual que puede alcanzar más de 50 cm de altura. Posee tallos erectos y poco ramificados con finos pelillos.

Las hojas, que nacen alternas a lo largo del tallo, sin peciolo, son pinnadas y muy dentadas en los márgenes con una única nervadura central.
Las flores de color escarlata intenso, acampanadas y casi esféricas, poseen 4 finos pétalos y 2 sépalos vellosos. Los pétalos son muy delicados y se marchitan rápidamente, por lo que las flores no pueden usarse en adornos florales. Los estambres, de color negro, forman un racimo anillado alrededor del gineceo, lo que le da el aspecto de botón negro. El fruto es una cápsula unilocular con falsos tabiques, verde pálido, de forma ovalada/subglobosa truncada por una especie de tapa en la parte superior (disco) con 8-18 radios y conteniendo numerosas semillas inframilimétricas que escapan a través de poros debajo del disco superior (dehiscencia porícida). Dichas diminutas semillas son, como en todas las especies del género, de forma arriñonada, alveoladas con retículo poligonal y de color pardo.

Florecen de principio a final de la primavera.

La amapola se ha asociado a la agricultura desde épocas antiguas. Su ciclo de vida se adapta a la mayoría de los cultivos de cereales, floreciendo y granando antes de la recolección de las cosechas. Aunque se la considera una mala hierba es fácil de combatir con los habituales métodos de control de plagas.


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