Los delfines tienen un cuerpo fusiforme ágil y adaptado para nadar a gran velocidad gracias también a los potentes músculos que mueven su aleta caudal. Por su parte las aletas pectorales, junto con la sección de cola, proporcionar control direccional y la aleta dorsal, en aquellas especies que tienen, proporciona estabilidad. A pesar de que varía según las especies, los patrones básicos de coloración son los tonos grises, por lo general con la zona ventral más clara, y a menudo cuentan con líneas y manchas que contrastan con el color principal.
La mayoría de los delfines tienen la vista muy desarrollada, tanto dentro como fuera del agua, y pueden oír frecuencias diez veces o más por encima del límite superior del oído humano adulto. El sentido del tacto del delfín también está muy desarrollado, con densas terminaciones nerviosas en la piel, especialmente alrededor del hocico, las aletas pectorales y la zona genital. Sin embargo los delfines carecen de un nervio olfativo se cree que no tienen sentido del olfato. Eso sí, tienen sentido del gusto y muestran preferencias por ciertos tipos de alimentos.
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