El girasol, calom, jáquima, maravilla, mirasol, tlapololote, maíz de teja, acahualo flor de escudo. Es una planta anual de la familia de las asteráceas, originaria de Centro y Norteamérica y cultivada como alimenticia, oleaginosa y ornamental en todo el mundo.
Plantas anuales que pueden medir tres metros de alto. Los tallos son generalmente erectos e hispidos. La mayoría de las hojas son caulinares, alternas, pecioladas, con base cordiforme y bordes aserrados. La cara inferior es usualmente más o menos hispida, a veces glandulosa y la superior glabra. El involucro es hemiesférico o anchado y mide 15-40 mm y hasta más de 20 cm. Las brácteas involucrales llamadas filarios se encuentran en número de 20-30, y hasta más de 100, ovaladas a lanceoladas –brutalmente estrechadas en el ápice– nerviadas longitudinalmente, con el borde generalmente hispido o hirsuto, al igual que sus caras exteriores, raramente son glabras. Receptáculo con escamas centimétricas tri-dentadas, con el diente mediano más grande y la punta hirsuta. Las lígulas, en número de 15-30, y hasta 100, de color amarillo a anaranjado hasta rojas, miden 2,5-5 cm; los flósculos, de 150 hasta 1000, del mismo color con los estambres pardos-rojizos. Los frutos son aquenios ovalados, algo truncados en la base, de 3-15 mm de largo, glabros o casi, estriados por finísimos surcos verticales, de color oscuro, generalmente casi negras - aunque pueden ser también blanquecinas, rojizas, de color miel o bien moteados o con bandas longitudinales más claras. El vilano consiste en dos escamas lanceoladas de 2-3,5 mm acompañadas, o no, de hasta cuatro escamitas obtusas de 0,5-1 mm, todas tempranamente caedizas.
El girasol es nativo del continente americano, más precisamente de Norteamérica y Centroamérica. Su cultivo se remonta al año 1000 a. C., pero existen datos que indican que el girasol fue domesticado primero en México al menos 2600 años a. C. En muchas culturas amerindias, el girasol fue utilizado como un símbolo que representaba a la deidad del sol, principalmente los aztecas y otomíes en México, y los incas en el Perú.
Francisco Pizarro lo encontró en Tahuantinsuyo (Perú, Bolivia, Ecuador), donde los nativos veneraban una imagen de girasol como símbolo de su dios solar.
Los españoles llevaron figuras de oro de esta flor, así como semillas, a Europa a comienzos del siglo XVI, y desde allí se extendió en prácticamente todo el mundo,4 donde hoy es cultivado intensivamente en numerosos países, con fines alimenticios.
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